viernes, 28 de diciembre de 2012

La Soledad

No es fácil para muchas personas hablar del tema de la Soledad. Les espanta! Es sinónimo de que nadie te quiere o que le caés mal a todo mundo... o hasta de muerte, en el peor de los casos. Los seres humanos somos también seres sociales y por eso estamos acostumbrados a la compañía. No es sencillo para mucha gente el sentirse solos.

Desde que nacemos, estamos acompañados. Nuestra madre es la primera que está con nosotros (y estoy seguro que la última que nos deja en esta vida). Sin embargo, no todo es malo con esto de la soledad. Fíjense que, en el fondo, la soledad te lava, te limpia y te hace mejorar. Ya les voy a explicar el por qué.

En lo personal, me he acostumbrado a la soledad. Sí! Viviendo entre tantas personas y estando rodeado de bastante gente, estoy acostumbrado a estar solo. Pero cómo es ese asunto? He aprendido a disfrutar de mi soledad. Suena estúpido pero se disfruta. Tengo varias anécdotas de cosas que he hecho estando solo: ir al mar, al cine, fuera de Managua, a vagar, manejar por horas en el carro, caminar, bicicleta, correr, ir a fiestas así, solo... tantas cosas. Lo bueno es que no es por ser insociable o antisocial (creo que no lo soy... o sí?), sino porque también me gusta darme espacio para mí mismo.

Es una poderosa terapia cuando tenés muchas cosas acumuladas en la mente, cuando querés desahogarte de algo, cuando querés reflexionar sobre tus errores, las cosas que aún no has hecho y las cosas que querés hacer (incluso, sobre con quién querés salir o hacia dónde vas con esa persona). Se los juro, vale mucho la pena. Lo mejor que he hecho al respecto fue una vez que me fui al mar así, solito, a bañarme sin nadie alrededor, en una playa que estaba toda a mi disposición. Casi que con cada ola me convencí a mí mismo de las cosas que debía cambiar y hasta para poner en claro qué era lo que quería con una muchacha que estaba saliendo. Súper!

Si hay algo que les puedo recomendar es que tengan comunicación con ustedes mismos, con su interior, aunque la gente te tilde de loco. Es como conversar con vos mismo, cuestionarte. Vale muchísimo la pena porque ese tiempo nadie más te lo puede ofrecer.

En medio de todo, hay un secreto: es una buena arma para quererte más a vos mismo. Recuerden siempre una máxima que hay: antes de querer a los demás, querete a vos mismo. Antes de dar o donar tu tiempo para alguien más, es bueno aprender a disfrutarlo con vos mismo.

Claro que si hay compañía, se disfruta! Por ahora, no pienso dejar esta práctica. Veremos adonde me llevan las ganas de ir. También salidas con la familia, los amigos y mis hermanitos, los chiquitines... Para todo hay tiempo.

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